Saga Perdidos, sinopsis.

jueves, 18 de agosto de 2011

Capitulo 09


-Con que aquí estas señorita, le he estado esperando.



Como odiaba el tono empalagoso que usaba Klim para hablarme



-¿Qué quieres?- le pregunte irritada.

-Tu amiga Jaz es muy simpática- me dijo- ¿y su pareja?



Esa pregunta ciertamente me tomo desprevenida.



-¿Y tú por qué quieres saberlo?

- Era solo curiosidad, ¿Celosa?- pregunto con una media sonrisa socarrona.

-Claro que no- conteste- Si, tiene pareja, por supuesto que tiene.

-¿Y por qué no lo he visto por aquí?

-¿Tienen algún propósito estas preguntas? ¿Por qué te interesa tanto Jaz? Le haces algo y te juro que…

-Tranquila fiera, no me atrevería a enfrentarme a ti ni en un millón de años.

-Sigues sin contestarme- dije- y no me digas que es solo por curiosidad.

-Mira, podrías…- algo en su tono de voz cambio-  solo contestarme, por esta vez. Juro que no tengo malas intenciones.



No lo podía creer. Klim parecía como un niño al que le acaban de regañar. No sé qué fue, si sus grandes ojos azules brillando, o esa pequeña mueca a forma de puchero en sus labios, pero de repente me encontraba diciéndole:



-No lo has visto porque no vive en este Sector, vive en el Sector Tecnológico.



Una expresión de sorpresa surco el rostro de Klim. Claro, el Sector Tecnológico era casi tan importante como el Sector de los Nuevos. Nada de lo que allí se hacía era dirigido para el resto de los Sectores. En realidad, no sabía muy bien que era lo que hacían en él, solo que trabajaban única y exclusivamente para los Nuevos.



-Bueno, como he contestado tus preguntas tu tendrás que darme algo a cambio- le dije con una sonrisa.

.Oh pequeña Em, sabía que un día sucumbirías antes mis encantos- volvía a hablar con ese tono empalagoso

-Oh por todos los cielos! ¿De que estas hablando? Solo… cállate, ¿quieres?- me iba a volver loca, definitivamente- Hoy me dejaras sola, no te harás el galán intentando trabajar conmigo, como si soportaras tener una pala en tus manos. ¿Trato?



Y me di media vuelta antes de que me contestara. Basta de tonterías, necesitaba llegar a los campos.





*



-¡Oh mierda!



El sonido de la campana que daba por finalizada la tarde me tomo desprevenida y la pala cayo de mis manos sobre uno de mis pies.

Mi día no dejaba de ir en peor. Primero Klim, luego mi asignación para hoy: Fertilizar, puaj. Y ahora seguramente me había lastimado el pie.

Pero lo peor era que no había visto a Gaeb en toda la tarde. No tenía ni idea de cómo iba a hacer.

Y como si alguien hubiera escuchado mi plegaria, choque con el cuándo estaba entrando en el cobertizo.



-Mier…lo-lo siento- dije

-No es nada- dijo y se alejó.



Oh no. Era ahora o nunca. Entone unas suaves y delicadas notas. Nada grandioso, nada que pudiera llamar la atención. Era como un arrullo.

Gaeb se dio la vuelta. Había entendido el mensaje.

Pase a su lado y le susurre:



-En el claro- y seguí caminando.





*



-Definitivamente eres la peor amiga del mundo

-Lo siento, lo siento, te lo compensare, lo juro.



Hacía ya una hora que había “hablado” con Gaeb, y hacia una hora también que me había encontrado con Jaz. No habíamos hablado prácticamente nada en estos últimos días, y ahora había llegado la hora de las disculpas.



-Por supuesto que lo harás.- me dijo mostrando una gran sonrisa

-Oh oh, odio cuando pones esa cara siniestra.- bromee

-Muy graciosa- dijo- sigue así, ya pagaras las consecuencias.

-Ok, ahora pareces realmente una psicópata.



Nos reímos. Extrañaba a Jaz. Era increíblemente difícil para mí no decirle todo en ese preciso instante. Lo que me detenía, más que mi promesa hacia Gaeb, era mi miedo a que le sucediera algo a ella. Nunca me lo perdonaría. Nunca.



-¡Ya se!- grito

-¿Pretendes dejarme sorda?



Hizo caso omiso de mi comentario y siguió:



-Vas a contarme el cabello.

-No- le dije instantáneamente- No, no y no.

-No puedes negarte- dijo- en todo caso, ¿Por qué no quieres? Si tú sabes hacerlo.

-No, porque tú tienes el cabello más lindo que vi en mi vida- conteste- no pienso arruinártelo.



El cabello de Jaz era realmente una obra de arte. Como lograba mantenerlo así con el maltrato del sol y la tierra era todo un misterio para mí. De un color castaño oscuro, le caía como una cortina, con suaves ondulaciones. Le llegaba a la cintura, y la mayor parte del tiempo lo llevaba recogido en una coleta o una trenza. Era simplemente bellísimo. ¿Y ella quería que se lo cortase?



-Yo decido sobre lo que le ocurre a mi cabello- me dijo- o lo haces tú, con tu grandioso talento para manejar la tijera, o lo hare yo, y probablemente haga un desastre, y si eso ocurre, quedara en tu conciencia.

-Tu sí que sabes pegarme donde duele- dije sonriendo- nunca dejaría que hicieras una cosa así. Pero te advierto, solo te cortare las puntas.

-Eso ya lo veremos- me dijo sonriendo.



*

-Creí que te habías acobardado

-Claro, como si realmente creyeras eso-dije con una sonrisa- hubiese pensado que me conocías más.

-Tiene razón, ¿Cómo pensar tal atrocidad? ¡Si tu eres la valerosa Em!

-Ok, basta de bromas.



Luego de mi charla con Jaz, había corrido prácticamente hacia el claro, rogando que Gaeb no se hubiese cansado de esperarme. Claro que cuando llegue estaba allí esperándome.

Habia llegado la hora. Me encontraba allí con un solo propósito. Ya no podía vivir un minuto más  conociendo la verdad y sin hacer nada al respecto.



-Bueno, ¿Qué tienes para mí?



Era el momento de la verdad. Tenía la esperanza de que Gaeb no se riera de mí, o creyera que mi idea era una idiotez.



-Se podría decir que es solo un prototipo, así que no des tu veredicto hasta que escuches y comprendas toda la idea ¿de acuerdo?

-Muy bien.



Tome mi mochila y saque los espejos y los soportes que había hecho Kit para mí.



-¿Debes retocarte el maquillaje? – pregunto jocoso

-Cállate y mira.



Puse una piedra a unos metros de donde me encontraba. Esa sería mi “cámara”. Acomode los primeros dos espejos en los ángulos que me había dicho Kit. Mire a Gaeb. Su rostro estaba teñido de incertidumbre.



-¿Listo?



Gaeb asintió con la cabeza.



Acomode el ultimo espejo y una luz blanca cubrió la roca. Más incertidumbre en el rostro de Gaeb.



-La luz se extingue demasiado rápido, por eso digo que es solo un prototipo. Si encontráramos una fuente de luz más potente, que no se disperse tanto, el efecto podría durar más…

-Ok, debo cortarte aquí- por fin hablo Gaeb- No entiendo que es lo que intentas explicarme.



Y yo que creía que él era más inteligente.



-¿Qué pasaría si en vez de la piedra, tu estuvieras ahí?

-Y, lógicamente, la luz me cegaría…Oh por Dios…-muy bien, las neuronas vuelven a funcionarle- ¿Tu idea es cegar a las cámaras verdad?

-Claro, solo sería por un instante, pero si consiguiéramos una luz mas potente, podríamos lograr que el efecto durase más.

-Creo Em que has tenido una excelente idea… pero hay un problema.- parecía que Gaeb estaba perdiendo el entusiasmo

-¿Cuál?

-Nos verían cuando pusiéramos los espejos.- dijo

-Allí está el truco- y me dispuse a explicarle el mecanismo- lo único que deberíamos lograr es colocar los dos primeros espejos, que son los que están más alejados, por tanto, si nos ven, no sospecharían. Y cuando llegase el momento, solo deberíamos colocar el tercero ¿comprendes?

-Algo- un poco de entusiasmo volvió a su voz-  Creo que es hora de que conozcas a alguien.

-¿Quién?- los nervios recorrían mis venas.

-Jacks.

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