Saga Perdidos, sinopsis.

jueves, 28 de abril de 2011

Capitulo 03

      MARTES: CAVADO Y SIEMBRA.

Dictaminaba mi tarjeta de trabajo para el día de hoy. Pero lo shockeante de la situación no era la actividad que me había tocado, sino lo que decía debajo:


   TRABAJO CONJUNTO CON GAEB SPILT

Esa no era una buena noticia. Dios me estaba castigando, debía ser eso. Por supuesto que yo sabía que mi tarea de hoy no podía hacerla sola, pero ¿por qué justamente me tenía que tocar con él? Debe ser una cruel broma del destino. Y para terminar de mearme el día, a Jaz le había tocado en la zona este y a mí, en la oeste. Listo. Tierra eres libre de tragarme.
Recogí mis utensilios y fui hasta la zona determinada, donde encontré a Gaeb con la pala en la mano y una bolsa de semillas de anda a saber que , apoyada en el piso.
No me saludo, ni siquiera se dignó a mirarme.
“No importa” me dije a mi misma, de esta manera es mejor. Cortar por lo sano, cada uno con su vida, trabajamos hoy juntos y mañana ya podemos volver a imponer distancia entre nosotros.
Él comenzó a cavar. Se le tensaban todos los músculos del brazo y del cuello con cada impulso que hacía con la pala. Era fascinante y sumamente hermoso.
Y yo era una completa estúpida. Tenía que trabajar, tome el rastrillo, ablande la tierra y tire algunas semillas. Repetimos la secuencia algunas veces hasta que no pude contener mi bocaza y le hable.
-Y…¿ Cómo anda tu padre?- pregunte sin levantar la vista del rastrillo
No me contesto. Levante la cabeza, y note que ni siquiera tenía sus ojos puestos en mí, estaba mirando hacia algunos árboles maltrechos que ni sombra hacían , ubicados a solo unos pasos nuestros, luego me miro, luego volvió la mirada a los árboles.
¡Hay Dios! ¡El calor y el sol lo volvieron idiota!
O quizás no. Estaba abriendo muchos los ojos, como indicándome que siguiera lo que él estaba viendo. Me rendí y mire hacia los árboles. No había nada inusual, hojas secas, flores muy rusticas, una luz roja muy brillante, mas hojas secas…
Esperen…¿ una luz roja muy brillante? ¿Y eso de dónde salió? Lo observe detenidamente, debía ser un insecto con un aspecto extraño para atraer presas, si seguro que era eso, pero no, no podía ser, porque era muy brillante, lo único que se me ocurre es…
Mire a Gaeb con los ojos como platos. No podía ser. Gaeb me devolvió la mirada. Devolví mi atención a la lucecita. Seguía allí, brillando y apuntando directo a mi rostro. Una cámara.
¿Cómo podía haber una cámara, si no había electricidad? Era muy costosa, por lo tanto, ¿quién iba a gastar tanto dinero para vigilarnos? ¿Nuestro jefe? Imposible, él se revuelca en la misma miseria que nosotros, nunca supe como llego a ser mi jefe. La electricidad solo se habilitaba para cosas muy importantes, y vernos trabajar no parecía nada ni remotamente interesante. ¿Quién puso esa cámara ahí? ¿Hay más?
Mil preguntas rondaban mi cabeza, cuando caí en la cuenta de que Gaeb la había notado antes que yo, o que lo sabía de antemano. Eso me llevaba a la conclusión de que él debía conocer la razón por la cual esa cámara estaba ahí y quien era el responsable. Pero por supuesto que no podía preguntarle eso.
Comencé a cantar, unas notas rápidas que formaban una canción que a los oídos de cualquiera sonaría divertida y alegre. Para Gaeb y para mí, significaba otra cosa. Digamos que esta era nuestra forma de comunicarnos en caso de emergencias. Antes de que se no prohibiera vernos, nosotros ya sabíamos lo que se nos venía encima, por lo tanto creamos una serie de cancioncitas, cada una con un significado, para ocasiones especiales. Esta era una pregunta. A la cual esperaba que el no contestara, porque de lo contrario solo significaría una cosa.
A los pocos minutos, Gaeb comenzó a silbar la misma canción. Mierda. Estábamos en problemas.

*
La tarde transcurrió como cualquier otra: cavar, remover, sembrar; cavar, remover, sembrar. Así hasta que sonó la campana que daba por finalizada la jornada laboral.
Gaeb tomo la pala y la bolsa vacía de semillas y se dirigió a guardarlas en su respectivo lugar y yo hice lo mismo con el rastrillo.
Mi cabeza seguía siendo una maraña de ideas, preguntas y por supuesto, ninguna respuesta.
El estar tan cerca de Gaeb que posiblemente tuviera todas o algunas de las respuestas que necesitaba lo hacía todo mucho más difícil.
Luego de guardar las cosas en el cobertizo perdí de vista a Gaeb, y decidí que aquello era lo mejor, “alejarme de la tentación”, en todos los sentidos. Ahora solo necesitaba una cosa: a Jaz.
Todavía no me había decidido como contarle lo sucedido cuando casi choco con ella en la salida del campo.
-Estás distraída hoy Em- me dijo con una gran sonrisota en su rostro pecoso y con forma de corazón.
-Lo siento Jaz, fue un día complicado- empezamos a caminar en dirección al pueblo- hoy me toco siembra con… bueno, no fue un buen día.
-AH! Ya comprendo. Te entiendo amiga, hay veces que toca y que no se puede hacer nada- siempre me había impresionado el optimismo de Jaz, siempre viéndole el lado bueno a las cosas- ¿vas para tu casa?
-De hecho, quería hablar con vos de algo-mire a mi alrededor para verificar que nadie me estuviese escuchando, aunque a esta altura no podría estar segura- en privado.
Jaz abrió sus grandes ojos verdes y notó la tensión que ocultaban mis palabras.
-Bueno, vamos al claro, ¿te parece?
-Sí, genial.

*
El claro es un lugar que descubrimos con Jaz hace algunos años cuando éramos aun chicas para entender los grandes conflictos de la vida y apenas empezábamos a darnos cuenta de que nos deparaba nuestro futuro en este pequeño sector agropecuario.
Corríamos por entre los árboles, persiguiéndonos la una a la otra cuando nos topamos con un espacio vacío, libre de árboles, básicamente libre de todos. Formaba un círculo perfecto en medio de la “arboleda” si se la puede llamar así. Era lo más parecido a un claro que habíamos visto en la vida, y lo adoptamos como nuestro y desde ese entonces se convirtió en el lugar de encuentro preferido, y por supuesto secreto.
-Desembucha- me dijo Jaz apenas entramos en nuestro pequeño lugar de paz.
Me senté en el suelo, o más bien me tire, y cuando estaba a punto de contarle todo, se me ocurrió que este lugar podría no ser tan seguro como yo creía. Le eche una mirada peligrosa a Jaz para que cerrara el pico durante unos segundos, mientras yo inspeccionada, cual ave rapaz cada arbustito, en busca de la lucecita roja o algo similar.
Luego de unos minutos de inspección, sentí que era lo bastante seguro para hablar, ya que no veía cámaras en ningún lado. Aun así, le agarre del brazo a Jaz y la acerque mucho a mí, para hablarle lo más bajo posible, solo por las dudas.
-Hoy trabaje con Gaeb- sentencie
-¿Tanto escándalo para eso? Ya me lo habías casi dicho- me dijo haciendo un puchero
-Baja la voz Jazy- le dije enojada- no es solo eso lo que te iba a decir.
-Bueno, lo siento. Dime
-Cuando estábamos sembrando, note…en realidad Gaeb me hizo notar que había algo extraño en los arboles- le dije casi en un susurro.
La cara de Jaz pasó a tener un gesto de incertidumbre
-Vi una luz roja, muy brillante- tome aire-primero pensé que era una insecto extraño, pero luego de observarlo un poco más, note que no era un bichito inofensivo…era una cámara.
-¿Una cámara?- Los gestos de Jaz detonaban que no entendía lo que le estaba diciendo- ¿y por qué iban a poner una cámara en los campos? Además no hay electricidad… ¿o sí?
-No lo sé, yo me hago las mismas preguntas que tú, pero espera, eso no es todo- frene para que Jaz pudiera sopesar el peso de mis palabras- Gaeb me “comunico” que el único significado de esas cámaras es que algo malo está pasando, algo muy malo Jaz, y él lo sabe, estoy segura de que sabe el quien, el porqué, el cómo, todo lo sabe y yo no puedo preguntárselo!- estaba a punto de entrar en una crisis nerviosa.
Jaz se había puesto pálida.
-Em, no puede ser, deben estar equivocados, no tiene sentido. ¿Cámaras? ¿Para qué? ¿Y porque Gaeb sabe y nosotras no? Simplemente nada de esto tiene sentido.- negaba con la cabeza al tiempo que me explicaba que no podía ser lo que yo estaba pensando
- Jazy, nos están vigilando, alguien, alguien nos vigila. Gaeb no quiso hablarme porque estaban las cámaras, o sea que el sabía que estaban allí, y que alguien vería que nosotros estábamos conversando, quizá hasta escucharía lo que nos decíamos, y pum!  Nos caerían encima como si fuéramos pequeñas hormigas- todo un plan conspiratorio se había armado en mi cabeza
- No lo se Em, sigo sin entender el porqué, el quien, debemos investigar esto a fondo, ir a buscar esas cámaras, ver si son realmente cámaras- Jaz intentaba encontrar la manera de solucionar este embrollo.
- NO! No, no, no, no. Se darían cuenta de que nosotras sabemos de la existencia de esas cámaras y ahí sí que podríamos tener bastantes problemas.
Un ruido detrás de nosotras. Ambas hicimos silencio. Habíamos estado hablando demasiado fuerte, cualquiera que estuviera cerca podría habernos escuchado. Quizá aquí también había cámaras y no las vi. Oh Dios, no, yo sabía que algo malo estaba pasando, y ahora había arrastrado a Jaz conmigo, no debería haberle contado nada.
Otro ruido, y luego, una sombra salió de entre los arbustos.

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